Los efectos del
cambio climático, falta de acceso a agua segura, a salud y alimentos
incrementan las enfermedades y mortalidad afectando especialmente a la niñez y
adolescencia que sufren problemas de desnutrición crónica (7% sobre promedio
nacional), anemia (51.5% niños entre 6 y 35 meses y en comunidades indígenas 63%);
el embarazo adolescente de 15 a 19 años (28.6%) duplica el porcentaje nacional
(12.8%), y en comunidades indígenas casi lo quintuplica (58%). En educación, la
repetición escolar, no conclusión de primaria y secundaria y falta de
aprendizaje rebasan los promedios nacionales, agravándose en comunidades
indígenas, además, hay muy pocos docentes capacitados para ejercer la Educación
Intercultural Bilingüe (EIB); igualmente los afecta el abuso, explotación y
trata; el promedio nacional de violencia física (castigo) de los padres (50.3%)
es mucho mayor que a nivel nacional (30%), incrementándose en la zona rural del
quintil más pobre (60%).
Bajo este
panorama, el olvido histórico de la Amazonía ha ocasionado una enorme
desventaja de su niñez y adolescencia para alcanzar pleno desarrollo de su
potencial, en particular en las comunidades indígenas. Reconociéndose la enorme
labor social de las cuatro Plataformas itinerantes de Acción Social (PIAS)
construidas en el Servicio Industrial de la Marina (Sima) operadas por la
Marina de Guerra y con la articulación de instituciones públicas a cargo del
Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) para brindar servicios del
Estado a la población amazónica incluyendo las comunidades más alejadas, sin
embargo, es prioritario fortalecer la formulación de proyectos de inversión
pública y programas estratégicos presupuestales para disminuir la pobreza y redoblar
esfuerzos en favor de la educación, salud, acceso al agua potable, alimentación
y protección de la niñez y adolescencia de nuestra Amazonía.
Artículo de Alfredo
Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 26 de agosto de 2017