Según
reporte del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) del pasado
día 16, en Lima Metropolitana, en el trimestre junio-julio-agosto 2017, la
población económicamente activa (PEA) adecuadamente empleada creció 0.8%, pero
el subempleo creció mucho más (8.6%)
alcanzando su mayor incremento en los últimos 4 años; de una PEA de 5 millones, el 34% (1.7 millones) trabaja en precarias condiciones, porque labora menos
de 35 horas semanales involuntariamente deseando trabajar más horas (subempleo
visible) o percibe menores ingresos que no cubren la canasta de consumo
(subempleo invisible), pero la situación a nivel nacional es crítica, de una
PEA ocupada de 16.5 millones, la
mitad trabajadores es subempleado. Desde un punto de vista macroeconómico esta
situación implica la subutilización del empleo que es capturado en forma
incompleta por la tasa de desempleo.
El
subempleo representa una problemática social en que los trabajadores ejercen
actividades precarias y de subsistencia, sin garantías de derechos laborales,
sin acceso a protección social y sin suficientes ingresos para cubrir sus
necesidades básicas, aleja al trabajador de una situación de pleno empleo y
refleja la subutilización de la capacidad productiva de la población ocupada,
genera además dramas humanos y psicológicos y puede exacerbar otros problemas
sociales, pobreza, delincuencia, violencia y desintegración familiar. También
millones de trabajadores peruanos ocupan actividades que requieren
calificaciones inferiores a sus competencias, como el alarmante caso de
profesionales universitarios, de una PEA de 2.5 millones, 44% (1.1
millones) son subempleados realizando trabajos diferentes a su carrera,
afectando mayormente a jóvenes que salen de las universidades con bajísimo
nivel de productividad por una mediocre enseñanza.
Bajo
este panorama, en los últimos años en nuestro país, la tasa de crecimiento del
empleo continúa en descenso y preocupa la creciente dificultad para conseguir
un empleo formal, adecuado, decente o de calidad, este es un indicador de
debilidad en el crecimiento económico, la informalidad laboral es altísima
(68.6% de la PEA equivalente a 11.3
millones), el 70% de la PEA no se encuentra en planilla y consecuentemente el
subempleo o empleo precario sigue incrementándose (50% de la PEA), además,
tenemos una población económica inactiva de 6.5 millones. Según la Constitución
(artículos 22°, 23°, 27° y 59°) el gobierno debe promover un régimen de
igualdad de oportunidades de empleo con acceso a una ocupación útil que proteja
a los peruanos en edad de trabajar (23.4
millones) contra el desempleo y el subempleo.
Artículo de Alfredo
Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 30 de setiembre de 2017