El pasado 30 de diciembre, siendo ministro de la
Producción Pedro Olaechea, se promulgo el DS-021-2017-PRODUCE otorgando un
plazo de 4 años a los barcos pesqueros extranjeros que pescan atún en nuestro
dominio marítimo de la obligación de entregar a plantas peruanas el 30% del
volumen extraído (lo cual podrían realizarlo hasta el 2021 con beneficios
tributarios), el argumento es que el volumen de atún de la flota extranjera en
los últimos años es mayor a la demanda de la industria nacional. Dicho Decreto Supremo
no fue previamente publicado incumpliéndose normas del Reglamento de
Ordenamiento Pesquero del atún (ROB), días después el propio Ministro Olaechea
ofreció revisarlo, pero no lo hizo, dejando el problema a la nueva Ministra
Lieneke Schol quien debería resolverlo prioritariamente.
Para la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) esta
situación afecta el abastecimiento de atún para las plantas conserveras
nacionales poniéndolas al borde de la extinción y peligrando el empleo de 5,000
trabajadores formales de esta industria. Nuestro país hasta los años 70 fue
potencia atunera en la región hasta que fueron estatizadas las plantas
industriales y la flota que operaba en Paita, Chimbote e Ilo, actualmente no
contamos con una adecuada flota atunera, extrae unas 18,000 toneladas en 6 a 7
meses que aparece dicha especie en nuestras costas (de noviembre a mayo) a
diferencia de las 90,000 toneladas que extraen los barcos extranjeros. En el
2017 se intentó declarar de interés nacional la industria atunera sin resultados.
Bajo este panorama, las medidas y normas promulgadas
sobre la pesca del atún en los últimos años han favorecido más a embarcaciones
extranjeras, además de otorgarles permiso para pescar en nuestro mar sin
obligación de entregar el 30% del volumen extraído, en marzo 2017 se les redujo
la tasa de pesca por unidad de arqueo neto de US$100 a US$65, tampoco se les aplica al combustible el
impuesto selectivo al consumo (ISC) como si lo pagan las embarcaciones nacionales.
Se requiere un régimen especial que incentive y promueva
la modernización de nuestra industria atunera y la construcción de una flota
con sistemas de preservación abordo, para, en condiciones competitivas, reducir
la importación de conservas asiáticas sin estándares de calidad (70% de nuestro
consumo anual) y disminuir la presencia de embarcaciones extranjeras en nuestro
dominio marítimo, muchas de ellas, chinas, coreanas y rusas, pescan ilegalmente
el atún como una de las principales especies que capturan.
Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 27
de enero 2018