Nuestro
país cuenta con un asombroso potencial para producir energías renovables no
convencionales (eólica, solar, biomasa, geotérmica, mareomotriz) las cuales
provienen de fuentes naturales inagotables, sin embargo, solo 3% interviene en
la matriz eléctrica nacional (principalmente eólica y solar), el resto lo
cubren hidroeléctricas mayores de 20 MW (70%) y termoeléctricas (27%) cuyos
componentes son vulnerables al cambio climático. Según la consultora EY (Ernst
& Young), en el ranking Índice de Atractivo de Energía Renovable (RECAI)
2018, nuestro país retrocedió tres puestos respecto a 2017, sin embargo en
Latinoamérica somos el quinto país más atractivo para inversiones es energías
renovables (eólica en Ica, Piura y Lambayeque, solar en Cajamarca, Puno Tacna,
Arequipa y Moquegua, y geotérmica en zonas volcánicas del sur).
Según
el Ministerio de Energía y Minas, actualmente está preparando un marco
regulatorio atractivo (recién después de 10 años) para que empresas privadas
puedan competir en mejores condiciones con el resto de tecnologías
convencionales sin requerimientos de subsidios ni ingresos garantizados como
establece la normativa actual, mejorando las contrataciones y no usando
necesariamente el mecanismo de subastas, todo esto para que se animen a invertir en energías renovables.
Desde
hace más de 10 años, el DL 1002 (2 mayo 2008) declara de interés nacional y
necesidad pública el desarrollo de generación eléctrica mediante uso de
recursos energéticos renovables no convencionales, además, establece en 5% su
participación (actualmente solo se bordea el 3%) y su promoción debe
desarrollarse mediante subastas (en 10 años solo se realizaron cuatro)
fomentando la competencia entre postores y privilegiando el mejor uso de las
fuentes de energía.
Bajo
este panorama a pesar de su importancia y potencial explotable, las energías
renovables en nuestro país tienen muy baja participación en la matriz
energética nacional debido a una falta de visión de futuro (estudios
científicos señalan que las energías renovables sustituirán en el futuro a los
combustibles fósiles), actualmente el alcance de energías renovables en el país
es limitado y con poco valor relativo, no existe un plan nacional de energías
renovables ni políticas que marquen un rumbo claro sobre su futuro y que
proyecte nuestra matriz hacia una transición energética sostenible. Deberíamos
acelerar el fomento de generación eléctrica con recursos renovables,
incrementar su cuota a 10% o 15% para ampliar la
participación de tecnologías de este tipo de producción eléctrica, promoviendo
la eficiencia y seguridad energética y la conservación del medio ambiente.
Artículo
de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 21 de julio de
2018