Contamos con
uno de los mares más productivos del mundo sin embargo nos afecta la pesca
ilegal e informal artesanal e industrial lo cual representa un potencial riesgo
para la sostenibilidad y conservación de los recursos pesqueros, destruye los
hábitats y perjudica a pescadores legales y poblaciones costeras (según el INEI
pesca y agricultura son los sectores más informales). No contamos con cifras oficiales
sobre las pérdidas que representa la pesca ilegal, según la FAO ésta produce
una pérdida de US$ 360 millones anualmente, cifra muy por debajo de la del
viceministro de pesca, Javier Atkins (entre US$ 700 y 800 millones).
Las
actividades ilegales e informales en la pesca que más nos afectan son pesca sin
autorización (principalmente atún, calamar gigante o pota, jurel y caballa), pesca
fuera de temporada, en zonas prohibidas, no respeto de cuotas de captura ni tallas
mínimas autorizadas, informaciones o declaraciones falsas sobre pesos o
especies capturadas, también, embarcaciones sin licencia, pesca de arrastre
dentro de las 5 millas y uso de equipos de pesca no autorizados, construcción
ilegal o modificaciones de embarcaciones pesqueras sin autorización (existen
unas 8,000 embarcaciones artesanales informales especialmente en la zona norte),
además, plantas de procesamiento pesquero sin licencia y desembarcaderos sin
autorización.
La pesca artesanal
de anchoveta que debe ser destinada al consumo humano, gran parte de su captura
es desviada para el procesamiento de harina de pescado y en el caso de pesca
industrial el mayor problema es el procesamiento de harina de pescado ilegal
por empresas autorizadas o por plantas ilegales. Según cálculos de la ONG
Oceana, anualmente no son registradas entre 120 y 150 mil toneladas de pesca de
anchoveta. Otro problema es la incursión de embarcaciones pesqueras extranjeras
en nuestro dominio marítimo, especialmente flotas chinas, españolas y japonesas
que pescan ilegalmente especialmente atún, pez espada, calamar gigante (segunda
pesquería más importante después de anchoveta) y jurel, (especie migratoria que
es arrasada apenas deja nuestras aguas).
Bajo este
panorama hoy día, 6 de octubre, entran en vigencia, después de 30 días de haber
sido promulgados (6 setiembre) los Decretos Legislativos 1392 y 1393, sobre
interdicción en actividades ilegales en pesca y promoción de la formalización
de la actividad pesquera artesanal, decretos que incrementan la voluminosa
normativa pesquera, la cual sin embargo no produce el efecto necesario para
mejorar la gestión, control y fiscalización que corrija la ilegalidad e
informalidad del sector pesquero.
Artículo de Alfredo
Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 6 de octubre de 2018