El pasado 3
de julio Carmen Masías dejó el cargo de presidenta ejecutiva de la Comisión
Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) siendo nombrado Rubén
Vargas (RS 140-2018-PCM). Masías fue
jefa de Devida durante el gobierno de Humala y en el actual gobierno elaboró la
Estrategia Nacional de Lucha contra las Drogas 2017-2021 que incluye todas las zonas cocaleras (164 distritos en 13
regiones) y proyecta el desarrollo alternativo integral y sostenible para
reducir la dependencia del cultivo de coca, la reducción de oferta de drogas disminuyendo
cultivos ilegales, controlando insumos químicos, y aplicando la responsabilidad
compartida a nivel internacional. Lamentablemente,
estos enormes retos teóricos no han logrado plasmarse en resultados positivos
que demostrar durante los dos años transcurridos.
Pero lo más
grave de esta lucha se sitúa en el Vraem porque produce anualmente 74,000
toneladas de hoja de coca seca (de 110,000 a nivel nacional) que es el principal
insumo para producir cocaína y es derivado totalmente al narcotráfico. Hace 12 años se vienen ejecutando diferentes
acciones sin ningún resultado. En 2006
se aprobó un esquema de intervención “una
opción de paz y desarrollo en seguridad”;
en 2012 se declaró prioridad nacional su desarrollo económico-social y
pacificación creándose la comisión multisectorial Codevraem; en 2013 se aprobó el “programa
de intervención multisectorial” (invirtiéndose S/ 5 millones); en 2014 se creó el “proyecto especial
de desarrollo” Provraem (invirtiéndose entre 2015-2017 S/ 32 millones); en 2017 se aprobó la Estrategia
Nacional 2017-2021 que también incluye especial atención al Vraem, estas acciones no han podido revertir
la realidad socioeconómica ni la reducción de cultivos ilegales ni la producción
de cocaína en dicho valle.
Bajo este
panorama, el pasado 12 octubre se aprobó otro nuevo plan multisectorial para su
desarrollo “Estrategia Vraem 2021” (DS-102-2018-PCM) considerando a Devida como
ente rector. Según Rubén Vargas en dicho
valle se ha invertido de manera desarticulada y poco productiva y esta nueva
estrategia pretende atender temas que han sido desatendidos o poco atendidos en
pobreza y exclusión, sin embargo, se trata de conceptos similares a los
proyectados en todas las anteriores estrategias y programas que también incidían
en el desarrollo y paz social del Vraem.
Esperamos que esta nueva estrategia no sea más de lo mismo ya que no contempla
erradicación o reducción de cultivos ilícitos, factor que incide directamente
en el incremento de la producción de cocaína y del narcotráfico.
Artículo
de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 3 de noviembre de
2018