Hace más de
11 años una estratégica integral “Una opción de Paz y Desarrollo en Seguridad” fue
declarada de necesidad pública y preferente interés nacional (DS-003-2007-DE)
para promover en el Valle de los ríos Apurímac. Ene y Mantaro (Vraem) su desarrollo, elevar su situación
socioeconómica y mejorar la calidad de vida poblacional con presencia e
intervención del Estado, constituyéndose un grupo de trabajo multisectorial
conformado por 10 ministerios y la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida
sin Drogas (Devida), pero 5 años después, sin resultado alguno, esta estrategia
fue derogada siendo reemplazada por otra que con los mismos considerandos
declara nuevamente prioridad nacional el desarrollo social, económico y
pacificación del Vraem creándose otra comisión multisectorial permanente para su
pacificación (DS-074-2012-PCM), además, en junio 2013 se aprobó un programa
2013-2016 de intervención multisectorial del gobierno en el Vraem
(DS-077-2013-PCM) para mejorar la calidad de vida e inclusión social y en junio
2017 se aprobó la Estrategia Nacional 2017-2021 para atención integral de
drogas, con especial atención al Vraem (DS-061-2017-PCM).
Además de tantas estrategias, el
pasado 12 octubre se aprobó otro nuevo plan multisectorial de desarrollo
“Estrategia Vraem 2021” (DS-102-2018-PCM) con similares considerandos a las anteriores
estrategias que enfatizan en el marco teórico el desarrollo social y económico
sostenibles de los pobladores del Vraem y sus comunidades. Según Rubén Vargas,
presidente de Devida, el actual plan tiene hoja de ruta y Devida ya se
encuentra en el Vraem porque va a instalar una oficina en Pichari, sin embargo,
al igual que las anteriores estrategias, no contempla erradicación o reducción
de cultivos, bajo este concepto esta estrategia representa más de lo mismo.
Bajo este panorama, mientras en el Vraem no se elabore una estrategia
que en forma simultanea vaya realizando por zonas un balance de desarrollo
social y reducción de cultivos, continuará
nuestro principal problema del permanente incremento de plantaciones de coca (más de 20,000 hectáreas) con un rendimiento de 100 mil
plantas por hectárea (promedio otras zonas 30,000), las que se convierten en 73,000
toneladas de hoja seca (70% del total nacional), principal insumo para
elaboración de cocaína que es derivada íntegramente al narcotráfico, el que extraoficialmente
produce en el Vraem 300 toneladas anuales de 400 a nivel nacional (desde hace
10 años no tenemos cifras oficiales). En los últimos años se han gastado más de
S/.8 millones sin lograrse el desarrollo social ni reducir el espacio cocalero.
Artículo
de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 10 de noviembre
de 2018