Nuestro Estado, insuficiente, debilitado y desarticulado
por falta de una clase política capaz de asumir un proyecto nacional y con una
casi inexistente institucionalidad, cada cierto tiempo es rebasado por la
organización criminal de Sendero Luminoso (SL) que se coloca en acción ofensiva
y sigue ganando espacio, principalmente en el ámbito ideológico y apologista,
preparándose para posibles ataques violentistas. Mientras se incrementa la preocupación nacional por los fenómenos
climáticos y en el Congreso persisten las discusiones bizantinas sobre
blindajes e impunidades a congresistas y sobre la repartija de contratos
ilegales en el Parlamento a trabajadores vinculados a partidos políticos, en
los últimos días los terroristas has intensificado una campaña ideológica.
El pasado día 11 en el Vraem (distritos de Ayahuanco y
Llochegua), entregando panfletos con el símbolo senderista titulado “Orden del
Militarizado Partido Comunista del Perú” conminando a los pobladores a crear
organizaciones propias y promover sus auténticos dirigentes para tomar medidas
y acciones ideológicas, políticas, sociales, económicas, militares,
organizativas y culturales. Igualmente
en Puno, el pasado día 12 durante las fiestas de la Candelaria, apareció una
gran banderola de SL en el puente peatonal del Barrio Santa Rosa, exigiendo “el
cierre del penal militar de la Base Naval y la liberación de su cabecilla
Abimael Guzmán”. Pero no solo en zonas alejadas, también en Lima, el 25 de
enero aparecieron pintas con el mismo formato ideológico en los distritos de
Independencia, Ventanilla, Villa María del Triunfo y Villa El Salvador.
Son muchas las evidencias que el terrorismo ideológico
sigue operando silenciosa y peligrosamente, en setiembre pasado durante un
operativo denominado “Avemo Rojo” se intervino en 13 penales a 290 terroristas
presos, incautándose manuscritos y documentos que confirman la vinculación
entre SL, Movadef y otros grupos que trabajan ideológicamente en diferentes
organizaciones públicas, principalmente en centros escolares y universitarios
donde adoctrinan y aleccionan a los estudiantes (según datos de la policía,
Movadef cuenta con unos 2,500 integrantes, de los cuales el 70% son
estudiantes, ya que buscan contingentes de jóvenes ideologizados).
Bajo este panorama la estrategia de SL para su
resurgimiento político-ideológico está avanzando y representa aún un peligro
para la sociedad, a los miles de terroristas excarcelados se les ha perdido el
rastro y estarían desarrollando actividades apologistas e ideológicas preparándose
para futuras acciones organizativas y de violencia terrorista sin tener una
adecuada respuesta de parte del sistema político, judicial, educativo y de
instituciones democráticas del país.
Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 16
de febrero de 2019