Después de 10
años de exploración buscándose uranio en la meseta de Macusani, Puno, a 4,700
metros de altura en un lago prehistórico cubierto de lava, en setiembre 2017 la
empresa Macusani Yellowcake, subsidiaria de la canadiense Plateau Energy, descubrió
el yacimiento Falchani y después de haber perforado solo 3,000 m2 de 13,000 m2 se
registraron reservas comprobadas por 2.5
millones de toneladas de litio (Proyecto Falchani), además, 130 millones de
libras de uranio (Proyecto Macusani), un año después (agosto 2018), según
informe de la consultora The Mineral Corporation, el yacimiento registra 4.47 millones de toneladas de litio.
El litio
ha encontrado un lugar privilegiado para la tecnología, sus propiedades
especiales en la conducción del calor y la electricidad lo presenta como el
commodity del futuro para usarse en masificación de vehículos eléctricos (se fabrican
anualmente un promedio de un millón de vehículos y según estimaciones de Bloomberg, al 2030 se
llegaría a 24.4 millones), también
es usado en fabricación de baterías de iones
litio (Li-Ion) para celulares, notebooks, artículos electrónicos portátiles, según
estimaciones, desde la actualidad al 2022, la producción de 250,000 toneladas
podría aumentar hasta 500,000 y las ventas mundiales, de US$ 2,000 millones hasta
US$ 8,000 millones, además en menos de 10 años su precio por tonelada se ha
triplicado hasta US$
14,000 por tonelada.
Bajo este
panorama nuestro país se podría proyectar a ingresar a
la industria del litio conjuntamente con otros productores de la región como
Chile, Argentina y Bolivia, tenemos
una de las minas más grandes del mundo (alrededor de 500,000 toneladas)
pudiéndose proyectar la construcción de una refinería de litio y una fábrica de
autos eléctricos y baterías, pero
lamentablemente existen muchos obstáculos, actualmente el proyecto se encuentra todavía en etapa de exploración, no
contamos con un marco legal para explotar el litio y uranio descubierto (en
agosto 2018 el presidente Vizcarra anunció que estaría listo en 6 meses, o sea
febrero 2019, pero aún no existe, increíblemente, este proyecto no está
consignado en la cartera de inversiones del Ministerio de Energía y Minas
(Minem), además, actualmente el gobierno y la empresa minera Macusani Yellocake
se encuentran en litigio por 32 de las 151 concesiones mineras otorgadas. Así
será imposible construir la planta que estaba proyectada para 2020 e iniciar la
producción para fines de 2021 ¿Dejaremos enterradas nuestras inmensas reservas
de este “oro blanco” en el yacimiento Falchani?
Artículo
de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 5 de setiembre
de 2019