El pasado 9 de octubre el Servicio Nacional de
Certificación Ambiental para Inversiones Sostenibles (Senace) presentó el
informe de observaciones al Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto
Hidrovía Amazónica incluyendo opiniones técnicas de 13 instituciones públicas y
565 aportes ciudadanos, de universidades y ONGs. La buena pro del proyecto (por
20 años) fue otorgada en julio 2017 al Consorcio COHIDRO, conformado por la
empresa peruana Construcción y administración SA (CASA) y la china Sinohydro
Corporation, y tiene plazo hasta mayo 2020 para absolver las observaciones. Cabe señalar que la empresa CASA es investigada
por el caso “club de la construcción” y según Convoca.pe, su empresa matriz (Hidalgo e Hidalgo), es investigada por
corrupción en Ecuador y Panamá. Actualmente asociaciones y organizaciones
amazónicas piden suspender la evaluación del EIA hasta que el Poder Judicial
defina una demanda contra COHIDRO por incumplimiento de acuerdos pactados en la
Consulta Previa.
Proinversión lanzó este proyecto hace más de 9 años (mayo
2010) y no se ha iniciado ningún trabajo físico, en diciembre 2012 se aprobó el estudio de factibilidad sin consulta previa (en 2015 el Poder Judicial dispuso su
realización). Con una inversión inicial de US$.95 millones deben construirse canales navegables para grandes
embarcaciones sobre 2,687 kilómetros en los ríos Ucayali, Huallaga, Marañón y
Amazonas dragándose en los “malos pasos” (zonas de poca profundidad)
sedimentos, rocas y tierra hasta alcanzar 56 metros de ancho y 2.45 de
profundidad, inicialmente se identificaron 13 “malos pasos” pero para el
Ministerio del Ambiente pueden llegar a 19 o 24, según el EIA deben dragarse 4
millones m3 los 2 primeros años, y adicionalmente 36 millones m3 durante los
próximos 18 años.
Bajo este
panorama el citado proyecto tiene muchos cuestionamientos, entre ellos: 1) No existen adecuados criterios de
sostenibilidad ambiental y social; 2) El EIA refleja potenciales impactos
ambientales que pueden afectar 400 comunidades (salud, pesca, manejo ambiental);
3) El dragado de 40 millones de m3 de sedimentos, rocas y tierra generaría
impactos negativos sobre hábitats y ecosistemas, alterando cuerpos de agua y su
velocidad, afectando patrones de inundación, erosión de márgenes, transporte de
sedimentos y formación de islas y canales; 4) El principal problema del
transporte fluvial es la informalidad que el propio proyecto reconoce que no
resolvería; 5) No se dinamizaría nuestro comercio con Brasil, el estudio de
factibilidad reconoce que la ruta de la hidrovía sería 50% más cara para los
exportadores brasileros.
Artículo
de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EPRESO, fecha 7 de diciembre
de 2019