El pasado 24 de enero se promulgó el Decreto de Urgencia
(DU) 022-2020 cuyo objetivo es fortalecer
la atención de los pasivos ambientales ubicados en el ámbito continental y el
zócalo marino del territorio nacional, generados por actividades productivas,
extractivas o de servicios (excluyendo a las actividades de los subsectores de
minería e hidrocarburos que le corresponde al Ministerio de Energía y Minas -
Minem). Se trata de un objetivo de enormes dimensiones, según Fabiola Muñoz,
Ministra del Ambiente (Minam) “el ministerio no tiene registro ni información
exacta de pasivos ambientales tras 12 años de existencia”, refiriéndose al
período desde la fecha de su creación, el 14 mayo 2008 (DL-1013). Es importante
resaltar que las funciones del Minam (diseño, establecimiento, ejecución y
supervisión de la política nacional y sectorial ambiental) lo obligan a la
identificación, evaluación sistémica y medidas de mitigación para solucionar
los impactos ocasionados por los pasivos ambientales de todos los sectores
productivos y de servicios (excepto minería e hidrocarburos), entre ellos,
instalaciones, efluentes, emisiones, zonas contaminadas, restos, depósitos de
residuos y todo aquello que afecta la salud de las personas, la calidad
ambiental o la funcionalidad del ecosistema.
Lo que no
está claro es como el Minam con este DU recientemente promulgado podría
solucionar la situación de enormes pasivos ambientales producidos por todos los
sectores productivos y de servicios a nivel nacional, solo para poner algunos
ejemplos, existen en el país 1,600 botaderos de basura y residuos sólidos, con
un manejo y gestión absolutamente inadecuado; solo en Lima, el 50% de personas respiran aire contaminado por
antigüedad del parque automotor, baja calidad de combustibles, proliferación de
desechos del comercio ambulatorio, etc. con consecuencias desastrosas para la
salud; gran porcentaje de ríos,
cuencas, bahías y playas presentan grave contaminación por desagües, desechos,
industria pesquera y pesca informal;
incremento de invasión de terrenos que causan destrucción de espacios naturales,
residuos de construcciones y demoliciones, etc.
Bajo este panorama, la ministra del Ambiente debería tener una idea
presupuestaria de lo que significaría accionar el DU promulgado, además, analizar
la situación de los pasivos ambientales mineros y de hidrocarburos, tenemos
desde hace 8 años un plan de manejo de pasivos ambientales mineros y de
hidrocarburos que dispone su identificación, caracterización y priorización, la
determinación de responsables y su remediación, sin embargo nada se ha avanzado
y por el contrario, siguen incrementándose hasta 9,000 pasivos mineros y 3,000
de hidrocarburos, requiriéndose S/7,000 millones para su remediación.
Artículo
de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 15 de febrero
de 2020