Actualmente la mayoría de temas que está viviendo el
mundo se encuentran asociados al coronavirus (Covid-19), su rápida propagación
ha obligado a autoridades políticas y sanitarias a enfrentar este grave e
inédito desafío con riguroso pero necesario aislamiento. En nuestro país, si
bien este aislamiento perjudica a toda la sociedad, principalmente afecta a las
poblaciones más vulnerables (pobres y pobres extremos) que en medio de
carencias necesitan trabajar diariamente para vivir (durante el estado de
emergencia recibirán del gobierno S/.25 diarios para subsistir), también estará seriamente afectado el
sector informal, 7 de cada 10 peruanos que no son considerados pobres ni pobres
extremos.
En la 50ª edición del Foro de Davos, realizada en enero
pasado, el Foro Económico Mundial presentó la primera versión del Índice Global
de Movilidad Social 2020 el cual analiza el desempeño de 82 países (incluido el
Perú) para impulsar la movilidad social entre sus habitantes (el concepto se
refiere a la posibilidad que tienen los habitantes de un país para ascender de
estatus socioeconómico), dicho Índice utiliza pilares fundamentales para medir la promoción
de movilidad social, entre ellos: acceso
a la salud, a la educación (calidad y equidad) y a la tecnología, protección
social, condiciones de trabajo (oportunidades laborales, salarios justos),
protección social, atención sanitaria e instituciones inclusivas.
Nuestro país
se ubica en el tercio inferior (puesto 66° entre 82 países), y en la región,
entre 13 países evaluados, ocupamos el antepenúltimo lugar, solo antes de El
Salvador (68°) y Paraguay (69°). También ocupamos últimos lugares en factores
claves para mejorar nuestra movilidad social: condiciones laborales (76°), calidad y equidad en la educación
(72°), protección social (72°), acceso a la tecnología (70°), instituciones
inclusivas (61°), justa distribución de remuneraciones (59°), aprendizaje
continuo (57°), acceso a la salud (56°). La falta de movilidad social está
directamente relacionada a nuestros elevados niveles de desigualdad afectando
el desarrollo y la sostenibilidad social y económica.
Bajo este
panorama, la epidemia del coronavirus pasará, pero deberá seguir vigente el
esfuerzo del Estado por el incremento de nuestra movilidad social y la lucha
contra la desigualdad. Nuestro país
no ha avanzado en igualdad social en muchos años por la corrupción, evasión de
impuestos, poca inversión para brindar educación de calidad y salud, falta de
empleo e informalidad, donde la población más vulnerable es la que sufre las
peores consecuencias por falta de oportunidades, principalmente en las zonas
más marginadas y deprimidas.
Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario
EXPRESO, fecha 21 de marzo de 2020