Por la pandemia del coronavirus en zonas con mayor
cantidad de cultivos de coca (Pichis, Palcazú, Pachitea, San Gabán y el Vraem),
por exceso de producción y restricciones para trasladar drogas, el precio de
hoja de coca seca (principal producto para elaborar cocaína) y el precio de esta
droga habrían bajado, según cálculos entre 30% y 50%, sin embargo, los narcotraficantes
consideran aún muy rentable este vil negocio y no han reducido su producción y tráfico,
más bien, por operaciones detectadas, habrían aumentado considerablemente.
En el puerto del Callao, el 6 de abril se encontraron 21
kilos de cocaína dentro de un contenedor, y solo hace 3 días incautaron 172
kilos de cocaína del buque Valparaíso Express (con bandera alemana) ¿Cuánta
droga podría haber salido vía marítima durante la emergencia sanitaria? considerando
que el puerto siguió operando y movilizó 3,000,000 TM de carga contenerizada (285,000 TEU) pasando solo 2% control
aduanero, también, el 7 de abril, en el puerto de Rotterdam, fueron descubiertos
en un contenedor del buque Cristina Star (con bandera liberiana) que zarpó del
puerto de Paita 1,000 kilos de cocaína en 20 costales, además, en la región
Loreto, frontera con Brasil, en operación bilateral policial conjunta el 20 de
mayo fue intervenida una avioneta en una pista de aterrizaje clandestina cargando
420 kg de cocaína para transportarla a Brasil.
Los narcotraficantes están trasladando la sobreproducción
de cocaína del Vraem hasta la región Ucayali, convertida en zona estratégica y
corredor de drogas por vía aérea y fluvial (región también convertida en nuevo
foco de contagio del covid-19 con más de 3,000 casos y 100 decesos). En esta región
el 29 de marzo se incautaron 310 kilos de cocaína en Masisea que iba a ser
transportada a Bolivia y entre el 6 y 24 de abril 120 kilos más, en estas operaciones
se detuvieron 20 narcotraficantes y solo en el período de pandemia (marzo-mayo)
fueron destruidas varias pistas de aterrizaje clandestinas al oeste de dicha
región (en Pichis, Pachitea y Palcazu).
Bajo este panorama, el gobierno debería evitar que desde las
regiones de la Amazonía fronterizas con Bolivia, Brasil y Colombia (regiones de
Puno, Madre de Dios y triple frontera con Brasil y Colombia) siga aumentado el
tráfico de droga incentivado por el mayor consumo de cocaína en Brasil,
Argentina y Chile, y desde donde se estaría traficando la droga a otros países
de Europa, África y Asia.
Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 30
de mayo de 2020