Nuestro país
cuenta con enorme disponibilidad de recursos naturales explotables y un
importante potencial geológico para optimizar su uso y alcanzar el desarrollo
sostenible y responsable que podemos lograr con independencia, sin ser partes
de un tratado que será supervisado por la Cepal que nos obliga a informarle nuestras
acciones ambientales, y no permite hacer
reservas, también podría afectar parte de soberanía de nuestra Amazonía,
perjudicar los proyectos extractivos e internacionalizar conflictos de carácter
interno que podrían ser vistos en tribunales internacionales.
Bajo este
panorama, el Congreso debe realizar un exhaustivo análisis antes de ratificar
este acuerdo considerando que compromete nuestra libertad de determinación y
que contamos con la normativa suficiente para cumplir con los DD.HH ambientales,
aún más completa que las obligaciones que nos demandaría este tratado, solo
debemos cumplirlas; tenemos Ministerio del Ambiente, Ley 27806 de acceso a la
información pública, un Sistema Nacional de Información Ambiental (Sinia), un
Plan Nacional de DD.HH 2018-2021, Ley Marco 30754 sobre cambio climático para
enfrentar los riesgos climáticos, un Consejo Nacional de DD.HH integrado por
todos los ministerios, también, en elaboración un Plan Nacional sobre empresas
y DD.HH (sería aprobado en 2021) y somos el primer país en Sudamérica con
legislación de derecho a la consulta previa de pueblos indígenas u originarios con
Ley 29785 de abril 2012 y actualmente se están retomando nueve consultas
previas de proyectos extractivos.
Artículo
de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 18 de julio de
2020