En
diciembre 2018 la empresa Macusani Yellowcake (subsidiaria de la empresa
canadiense Plateau Energy) descubrió el yacimiento de litio de 4.7 millones de
toneladas de altísima ley y 124 millones de libras de uranio en los distritos
de Macusani y Corani, en Puno, a 4,700 msnm, uno de los proyectos en roca dura
más grandes del mundo, cabe destacar que este mineral ha sido catalogado por el
Banco Mundial como estratégico y estima que para 2050 su demanda crecerá en
965%.
Sin
embargo, no se avizora su explotación en el corto ni mediano plazo, ya que el
litio se encuentra combinado con uranio, representando riesgo de radiación, todavía
no existe normativa del gobierno que determine y regule el proceso de explotación
y almacenamiento de uranio asociado a otros minerales, tampoco existe un
instrumento de gestión ambiental para explotar zonas donde solo habría litio
sin uranio, y por el lado de la empresa, le falta elaborar el estudio económico
preliminar, inicialmente pensaba invertir US$ 1,000 millones para producir 60,000
toneladas anuales de carbonato de litio, pero finalmente redujo a US$ 587
millones para producir 20,000 toneladas.
Pero
existen más problemas, el pasado 19 agosto 2019 el Instituto Geológico Minero
Metalúrgico (Ingemmet) decidió retirarle a la canadiense Plateau Energy 32 de
sus 151 concesiones mineras (abarcan 23,100 de las 93,000 hectáreas asignadas
bajo su titularidad) por no haber cumplido con procesos administrativos (pagos
anuales de concesión tardíos). Dos meses después dicha empresa presentó una
acción de amparo ante el VI Juzgado Permanente de Lima quien acogió el amparo,
y a pesar que Ingemmet ha apelado ante instancias superiores del Poder
Judicial, Plateau Energy ha informado de un acuerdo con su connacional
canadiense American Lithium para traspasarle este activo, incluyendo las 32
concesiones que le fueron retiradas. Otro problema, del que no se habla, es que
la concesión en Macusani y Corani se superpone a un paisaje cultural
arqueológico con más de 100 sitios de pinturas rupestres y petroglifos de 5,000
años de antigüedad.
Bajo este
panorama, el
gobierno debería tomar las acciones necesarias para que no se siga dilatando
más tiempo la explotación de las 4.7 millones de toneladas de litio y
124 millones de libras de uranio para proyectarnos a ingresar a la industria
del litio conjuntamente con otros productores de la región como Chile,
Argentina y Bolivia, pudiéndose
planificar además la construcción en nuestro país de una refinería de litio y
una fábrica de baterías y autos eléctricos.
Artículo de Alfredo Palacios
Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 6 de marzo de 2021