El pasado 12 de enero fue presentado el “Libro Blanco de
Interoperabilidad en Salud” elaborado por la consultora tecnológica Minsait y
la Fundación chilena País Digital, en el que se muestra como los sistemas
interoperables de salud pueden ayudar a impulsar la digitalización en los
sistemas de salud, desde el acceso a servicios, hasta la prevención, detección
y tratamiento de enfermedades crónicas y degenerativas, cada vez más
prevalentes.
En este documento se analiza el contexto tecnológico en los
sistemas de salud de ocho países de la región (Argentina, Bolivia, Brasil,
Chile Colombia, México, Perú y Uruguay) considerando los datos publicados en el
informe The Network Readiness Index (Portulans Institute – WITSA) sobre “la
madurez tecnológica mundial” que distingue cuatro pilares: entorno regulatorio,
confianza en las instituciones e inclusión; preparación para la adopción de
nuevas tecnologías; uso y adopción de tecnologías; impacto en la economía, en
la sociedad y en los objetivos de desarrollo sostenible. En este informe
ocupamos el puesto más bajo entre los países latinoamericanos evaluados
(excluyendo a Bolivia que no consigna datos), habiendo obtenido las
puntuaciones regionales más bajas en: agenda digital, infraestructura
tecnológica, estándares y formación de preparación para adopción de tecnologías
nuevas, su uso en facultativos, pacientes e instituciones.
En este contexto, la pandemia de la Covid-19 nos ha demostrado
la aguda precariedad en nuestro sistema de salud arrastrada por décadas de
falta de inversión y mala gestión generándose profundas fragilidades
estructurales, la mayoría de los hospitales a nivel nacional colapsaron
ocasionando una lamentable y elevada letalidad. Esta situación nos obliga a
efectuar una prioritaria reforma integral para garantizar la universalización
de salud y la continuidad asistencial, mejorar la Infraestructura hospitalaria
y equipamiento, elevar la capacitación profesional del personal y fortalecer la
telemedicina y la atención primaria (postas médicas, centros de salud y
policlínicos).
Bajo este panorama, la tecnología empleada en nuestro
sistema de salud es casi inexistente y ocupamos en Latinoamérica la ubicación
más baja en el ranking de su uso, por lo que todas las acciones de una reforma
integral deben considerar como indispensable la transformación digital del
sector a través de sistemas de información interoperables con desarrollo de
aplicaciones, diseño de herramientas, rediseño de procesos y dispositivos
interconectados que permitan intercambiar información entre hospitales, médicos,
centros de atención primaria y pacientes para mejorar la salud de la población,
desde el acceso a los servicios de salud, hasta la prevención, detección y
tratamiento de enfermedades crónicas y degenerativas.
Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario
EXPRESO, fecha 13 de marzo de 2021