El
actual titular de Educación, Carlos Gallardo, es el más peligroso de este
gabinete porque es un dirigente comunista, marxista-leninista radical, con
filiación pro senderista, responsable del sector más
importante para el futuro de nuestro país, que ha asegurado introducir el
próximo año una nueva orientación
curricular, y con el copamiento del ministerio de dirigentes comunistas radicales, seguramente prevalecerá una concientización
revolucionaria terrorista entre nuestra juventud con
una nefasta
ideología de odio y destrucción.
Este ministro comunista es integrante del Comité nacional de reorientación y reconstitución del Sutep (Conare-Sutep) y de la creada por Castillo federación nacional de trabajadores en la educación del Perú (Fenatep) ambos vinculados a Movadef, brazo político del grupo criminal Sendero Luminoso que está cumpliendo su antiguo anhelo de afianzarse en el Ministerio de Educación.
Gallardo es un activo agitador político, participante en revueltas
callejeras, plantones y huelgas magisteriales que promueve el sectarismo de orientación
radical, es absoluto opositor a la carrera docente, está en contra de la
meritocracia magisterial y busca implementar el nombramiento automático sin examen,
según él “su
práctica en las aulas ya los ha calificado”, considera que la educación no es
un servicio público esencial y pretende cambiar la ley de reforma magisterial, incluso,
hace años, presento una acción ante el Tribunal Constitucional para que los docentes
prontuariados puedan ingresar al magisterio, lo cual fue rechazado.
El pasado día 13, durante el último examen para nombramiento docente
2022 (que Gallardo intentó aplazar o postergar) se filtraron respuestas del
examen y existen denuncias por presuntos actos de corrupción y pedidos de
renuncia del ministro, además, ha sido citado a la Comisión de Educación del
Congreso por dichas irregularidades, ya que el examen podría haberse
comercializado o ser parte de un intento premeditado de Gallardo para boicotear
el proceso.
Bajo este panorama, un
comunista radical marxista-leninista como Gallardo es la persona más peligrosa
y menos indicada para promover el rol
esencial que debe cumplir la educación respecto al desarrollo y la mejora
auténtica de las condiciones de vida de los peruanos. En nuestro sistema
educativo debe eliminarse la ideologización radical comunista llevada hacia la
lucha de clases, así como el destructivo y pernicioso fundamentalismo sindical
que irresponsablemente preconiza este gobierno afectando la democracia, y, contrariamente,
debemos avanzar en el valor del mérito de capacitación y evaluación permanente
de los docentes y del esfuerzo que propongan para brindar a nuestros
estudiantes un proceso educativo democrático, humano y reflexivo, complementado
con participación de instituciones sociales indispensables como la familia, los
medios de comunicación y la sociedad democrática en su conjunto.
Artículo
de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 20 de noviembre
de 2021