El ex ministro del Interior Luis Barranzuela asumió el
cargo menos de un mes (6 octubre a 2 noviembre) solo para suspender la
erradicación de cultivos ilegales de coca y ocasionar la renuncia del
presidente de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas
(Devida) Fidel Pintado (12 octubre) declarando actos de corrupción en esa
institución sin mostrar pruebas, un plan perfecto para descabezar Devida, importante
institución que diseña y dirige la estrategia para eliminar las drogas. Como
reemplazo fue nombrado Ricardo Soberón (10 noviembre), quien en 2011 ocupó el mismo
cargo solo 5 meses por cuestionamientos sobre su marcada posición ideológica de
rechazo a erradicar cultivos de coca (según él, era ilegal, inconstitucional,
injusta y arbitraria) y por tener vínculos con movimientos cocaleros del Vraem.
Ahora, Soberón, en este
período, aunque quisiera, sería peligroso y disparatado mantener suspendida o
reducir niveles de erradicación porque los cultivos y la producción de cocaína
se incrementarían exponencialmente afectando la lucha contra las drogas. Según Devida, al
2020, la superficie de cultivos, se incrementaron de 54,655 hectáreas (2019) a
61,777 hectáreas (2020), y la producción de cocaína, aunque hace años sin datos
oficiales, en la “Política Nacional
contra las Drogas al 2030” se indican 411 toneladas, datos que difieren
enormemente de las reportadas por la Oficina de Control de Drogas de EE UU:
88,200 hectáreas de cultivos y 810 toneladas de cocaína. Si, como ha hecho este
gobierno comunista desde julio 2021, continuara sin erradicar en 2022,
podríamos bordear las 100,000 hectáreas de cultivos y una producción de cocaína
de 900 toneladas, lo cual representaría una calamidad nacional.
El pasado día 2, Soberón
se reunió con el dirigente cocalero radical Julián Pérez “Cheldo”, principal
opositor a la erradicación en el Vraem. La Asociación
Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep) ha advertido que la
presencia de Soberón generaría aumento del narcotráfico en regiones amazónicas.
Por su parte la Federación de Productores Agrarios del Valle de los Ríos
Apurímac y Ene (Fepavrae) ha pedido a Soberón cumplir sus promesas de detener
la erradicación, expulsar a Usaid y trabajar en defensa de la coca, junto con
Bermejo.
Bajo este panorama se presentaría una
explosiva situación negativa en la lucha contra las drogas si el comunista
Castillo implementa la
“ley de la hoja de coca” que ofreció en el Vraem, empadronando
cocaleros ilegales, despenalizando la judicialización de la producción de hoja
de coca, eliminando la erradicación, y, hasta pretendiendo rechazar la DEA y Usaid,
con lo cual estaría entregando las zonas cocaleras al narcotráfico.
Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha
11 de diciembre de 2021