La
historia de la predisposición del comunista Castillo para entregar parte de
nuestra soberanía marítima a Bolivia data desde 2018 cuando en un foro
internacional en La Paz asistió como integrante del Sute Conare-Movadef, y en
un video se le ve con el brazo levantado arengando: “Mar para Bolivia, mar para
Bolivia”. Sus lazos con ese país son muy fuertes, en el gobierno, su primera
visita bilateral fue a Bolivia en octubre pasado, donde clamó que estar en ese
país es como estar en Chota, asimismo, permitió que Evo Morales se inmiscuya en
nuestros asuntos internos apoyando una asamblea constituyente, coordinando con
cocaleros del Vraem para eliminar la erradicación de cultivos ilícitos de coca
y facilitando que realice en Cusco el Runasur, lo cual no se concretó por
oposición de los peruanos.
Con este precedente, en
enero pasado, durante una entrevista con el periodista Fernando del Rincón de
CNN lanzó su verdadera intención oculta sobre la entrega de mar a Bolivia: “Es
un clamor de Bolivia… ahora nos pondremos de acuerdo, lo consultaremos al
pueblo, para eso se necesita que el pueblo se manifieste, yo me debo al pueblo.
ese es su derecho, haremos lo que los pueblos claman, lo que los pueblos
necesitan”. Estas intenciones difundidas a nivel internacional representan el
más grave delito que ha cometido Castillo contra la patria pretendiendo
entregar soberanía marítima a Bolivia, representan una ofensa a todos los
peruanos e implicarían una traición a la patria, poco después, increíblemente, se
arrepiente de sus intenciones y pide perdón al pueblo peruano.
Un grupo de abogados denunció este atentado de Castillo por la presunta
infracción constitucional de los artículos 32, 54, 110 y 118 (incisos 1,2,11)
de la Constitución, y el presunto delito de traición a la patria, atentado
contra la integridad nacional, tipificado en el artículo 325 del Código Penal.
Esta acusación constitucional ha sido declarada procedente por la Subcomisión
del Congreso, actualmente está en proceso e incluye la investigación de la
denuncia, pedido de descargos y argumentos a las partes y audiencia, que, de
superarse, pasaría a la Comisión Permanente y finalmente al Pleno.
Castillo ha tratado de
desvirtuar dicha demanda, primero presentando un hábeas corpus para que se
declare nula la admisión de la denuncia, y, en su último mensaje en el
Congreso, manifestando que “no existe ninguna palabra, expresión o acto
concreto, plan, proyecto o documento que ponga en peligro nuestra soberanía
marítima, terrestre o aérea”, sin embargo, su predisposición planteada en la
entrevista en CNN fue clarísima, y si hubiera tenido la posibilidad real de
concretar la entrega de mar a Bolivia, no lo hubiera dudado.
Artículo
de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 19 de marzo de
2022