La
inversión privada representa 80% del total de inversión en el país, es
relevante porque se relaciona con la marcha de la economía a través del crecimiento
económico, fundamental para generar la infraestructura social y brindar bienestar
y progreso a la población, es esencial porque promueve el empleo (según
encuesta regional Bumeran, en febrero 2022, el 99% de encuestados peruanos
buscaba trabajo), además, reduce la informalidad (actualmente 78%), disminuye la
pobreza (actualmente sobre 30%), e impulsa el consumo interno
(actualmente reducido por altos precios de alimentos).
Sin embargo, este
gobierno comunista marxista-leninista que pregona con palabras su apoyo a la
inversión privada, en sus acciones y decisiones hace lo contrario, con oscuro
escenario, señales contradictorias e incertidumbre, sin transparencia ni reglas
claras (ha cambiado 50 ministros en 4 cuestionados gabinetes), evidenciando un
escenario de confrontación y polarización, lo cual afecta gravemente la inversión
privada.
El pasado 8 de marzo,
Julio Velarde, presidente del Banco Central de Reserva, indicó que la inversión
privada en 2022 no crecerá (0%), según el Bank of América (1%), y el peor
pronóstico del BBVA Research (–9.7%), datos negativos corroborados en el
índice de confianza empresarial que señala que en enero 2022 la confianza de
empresarios atraviesa el período más prolongado en terreno pesimista desde hace
22 años. En el caso de la minería, uno de los principales motores de
crecimiento económico, durante este gobierno comunista antiminero (cambiados 4 ministros
en 8 meses) con un manejo inadecuado de los conflictos sociales ocasionó su radicalización
afectando las inversiones y la producción minera, la situación de Las Bambas,
en Apurímac, es crítica, a pesar que produce 2% del cobre mundial, y Cuajone,
en Moquegua, ha paralizado sus operaciones hace 2 meses dejando de exportar
diariamente US$ 4.8 millones. Según el último Índice Mundial minero del
Instituto Fraser, recién difundido, el Perú pierde atractivo para inversiones
mineras (cae en 2021 del puesto 34° al 42° y en percepción de políticas (del
77° al 84°).
Bajo este panorama, el
gobierno comunista de Castillo generando acciones populistas, promoviendo la
conflictividad y el odio, tratando de introducir en la conciencia de la población
conceptos como explotación del trabajador, plusvalía, lucha de clases, y con su
Asamblea Constituyente (que mantienen latente) quieren promover, como en Cuba y
Venezuela, una sociedad sin clases sociales y medios de producción de propiedad
común. Estas interpretaciones absolutamente anacrónicas solo dividen nuestra
sociedad y deterioran y erosionan el clima de inversiones y las expectativas de
los empresarios contrayendo así la inversión privada, la cual, por estas
razones, se encuentra prácticamente paralizada.
Artículo de Alfredo
Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 16 de abril de 2022