Los
asuntos de corrupción, malos manejos, encubrimientos, denuncias y obstrucción a
la justicia generados cada día por el gobierno comunista marxista leninista
maoísta de Castillo, nos desvían la atención sobre las principales amenazas
para la seguridad nacional como el narcotráfico, que debe ser tratado con importantes políticas de Estado,
dentro de éstas, la erradicación de cultivos ilegales en zonas cocaleras de
alto impacto representa eje fundamental de cualquier estrategia antidrogas,
complementada con planes de desarrollo de programas sociales, cultivos
alternativos, infraestructura y asistencia técnica, acciones que este gobierno
no ejecuta en absoluto.
Por el contrario, el presidente de la Comisión Nacional para el
Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), Ricardo Soberón, ideológicamente rechaza
la erradicación de cultivos ilegales y ha implementado un Pacto Social
Ciudadano con los cocaleros para que autoerradiquen sus cultivos “de forma
voluntaria, gradual y verificable”, no habiéndose concretado ningún resultado
positivo. Desde el pasado 12 de setiembre, y ante el anuncio de paro de la Federación de
Productores Agropecuarios Vraem (Fepavrae), fue suspendida la erradicación de cultivos ilegales en las principales cuencas
de Junín, Cusco y Ayacucho.
El
pasado 16 de setiembre, Soberón presentó el “Reporte de Superficie Cultivada
con Arbustos de Hoja de Coca en Producción Monitoreada-2021” registrando un vertiginoso
incremento de cultivos ilegales en las zonas cocaleras, de 61,777 hectáreas en
2020, hasta 80,681 en 2021 (+23.43%), con increíbles incrementos en las
concesiones forestales (+234%), en bosques de producción permanente (+73%), y
en departamentos como Ucayali (+62.34%) y Loreto (+38.84%). Sobre
la producción de cocaína, este reporte no incluye cifras, sin embargo, para la
Oficina de Política Nacional de control de Drogas de EU (Ondep) el Perú registra
785 toneladas anuales, y, al haberse incrementado los cultivos ilegales en +23.43%
(hasta 80,681 hectáreas), podríamos bordear entre 900 y 1,000 toneladas,
acercándonos peligrosamente a Colombia que registra 972 toneladas.
Bajo
este panorama, el gobierno comunista está manejando el tema del narcotráfico con
un proceso que inexorablemente incrementará las hectáreas de cultivos de coca y
producción de cocaína con lo cual liberará las zonas cocaleras a los cárteles
de la droga, primero han contrarrestado las erradicaciones nombrando a Soberón
a Devida, los siguientes pasos pendientes son promulgar la ley de coca (promesa
de Castillo a cocaleros de Pichari en octubre 2021) empadronando a los
cocaleros ilegales y despenalizando sus cultivos, ampliando las áreas autorizadas para cultivos
ilícitos,
controlando
la Empresa Nacional de la Coca (Enaco) y declarando en emergencia agraria el
Vraem. Si este gobierno comunista continúa con dicho proceso, en muy poco tiempo nos podemos convertir
en el primer país productor de cocaína en el mundo sobrepasando las 972 toneladas
anuales producidas en Colombia durante 2021.
Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en
el diario EXPRESO, fecha 1° de octubre de 2022