Actualmente
nuestro país está convulsionado enfrentando un vandalismo extremista gestado
por el nefasto gobierno del comunista Castillo, ahora accionado por
delincuentes vandálicos que se
infiltran con los manifestantes, y, mientras sucede este crimen en contra del país, con lamentables
muertes, destrozos materiales y enormes pérdidas económicas que afectan a todos
los peruanos, estamos dejando de lado otros graves problemas como la lucha
antidrogas, que realmente, su desatención es total.
Durante el
período del delincuente comunista Castillo la estrategia antidrogas fue
prácticamente desactivada, y en el actual gobierno de Boluarte, sigue
desactivada y está peligrosamente desatendida a
pesar que el narcotráfico representa uno de los principales problemas
que afecta nuestro país ya que debilita las bases sociales, políticas,
económicas y culturales, y lo que es más grave, según lo indicado por el
ministro de Defensa, detrás de las manifestaciones, hay un poder oscuro por el narcotráfico
y la minería ilegal, habiéndose identificado a quienes azuzan con la violencia
y los que puedan financiar estas actividades ilegales.
Es
realmente increíble y preocupante que desde el inicio de este gobierno
comunista, desde el 28 de julio de 2021 a la fecha, hayan sido nombrados 3
presidentes de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas
(Devida), 1 en el período de Castillo, en noviembre 2021 (Ricardo Soberón) y 2
en este período de Boluarte, en solo un mes (Emilio Arce de la Torre, en
diciembre 2022 y Carlos Figueroa, en enero 2023), y hasta la fecha continúa
suspendida la erradicación de cultivos ilegales en el Vraem y continúa vigente
el “Pacto Social Ciudadano” con los cocaleros implementado por Soberón en marzo
2022 para que erradiquen sus cultivos “de forma voluntaria, gradual y
verificable”, algo imposible de concretarse.
Durante el
gobierno comunista de Castillo se suspendió la erradicación del cultivo ilegal de
coca, y actualmente en el período de Boluarte continúa suspendida, y aunque el premier Otárola anunció el relanzamiento del “Modelo Perú” para promover el desarrollo
alternativo, integral y sostenible, sin embargo, las 80,681 hectáreas de cultivos de coca y las 810 toneladas de
producción de cocaína registradas al 2021, sin erradicación en el Vraem, agravado
por un deficiente control de insumos químicos, la inexistencia de una lucha
frontal contra el narcotráfico con mínimas tasas de interdicción y con cárteles
instalados en la zona, se estima que al cierre
de 2023 podría incrementarse a 100,000 hectáreas de cultivos de coca y 1,000
toneladas de producción de cocaína, con lo que podríamos superar a Colombia
como primer país productor, lo cual sería inconcebible y muy grave para el país.
Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha
28 de enero de 2023