Dicha concesión desencadenó huelgas y protestas en
Espinar (Cusco) por el desvío del río Apurímac, el Poder Judicial ordenó
suspender la buena pro paralizándose el proyecto hasta abril 2015 en que se
firmó un nuevo contrato con 12 adendas adicionales que incrementaron su precio hasta
US$ 550.5 millones. En diciembre 2017 se paralizan nuevamente las obras
porque Cobra propuso un cambio tecnológico en la irrigación de parcelas para
optimizar el uso del agua, presentando la adenda número 13 que aumenta
nuevamente su costo hasta US$ 660.5 millones. Esta controvertida adenda fue
recién firmada después de 4 años en Lima (12 julio 2022), aun así, la obra
permanece paralizada hasta la fecha.
Actualmente existen problemas para reiniciar el
proyecto, en marzo pasado Cobra indicó que por incumplimientos de la Autoridad Autónoma de Majes
(Autodema) fueron perjudicados en US$ 120 millones, exigiendo su
reintegro, advirtiendo que, si no hay acuerdos hasta el próximo 8 de mayo, pedirían
un arbitraje internacional, como respuesta Autodema indica que también iría al
arbitraje para no perjudicar los intereses del Estado, estás rígidas posiciones
implicarían mayor retraso en las obras. Otros temas preocupantes son la
infraestructura hidráulica, construida para Majes-Siguas I hace 40 años con
vida útil de 30 años, y será usada en Majes Siguas II, requiriendo evaluaciones
o peritajes sobre su estado, asimismo, falta sanear los terrenos de Pusa Pusa,
Tarucamarca y Siguas para ser entregados a la concesionaria.
Bajo este panorama, Majes Siguas II ha tenido muy mala gestión y
muchas circunstancias cambiantes, en términos reales, se inició,
desde su concesión a Cobra en setiembre 2010 (hace casi 13 años) y desde
diciembre 2017 (más de 5 años) se encuentra paralizado, financieramente ha resultado
muy costoso, desde su cálculo inicial en 2006 (US$ 260 millones) ha aumentado
hasta US$ 660.5 millones (154%). Todas las controversias planteadas por Cobra
deben ser enfrentadas por profesionales con alta capacidad de gestión y gran
nivel de negociación pues están en juego US$ 660.5 millones de un
importante proyecto para la irrigación de 38,500 hectáreas de tierras de
cultivo y la generación de energía hidroeléctrica, además, porque coadyuvará a
la reactivación de la economía y empleo formal y mejorará notablemente nuestra
capacidad agroexportadora.
Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el
diario EXPRESO, fecha 25 de marzo de 2023