En
el actual gobierno comunista, tanto durante la primera etapa del corrupto
Castillo, como en esta segunda etapa de Boluarte, las calificadoras de riesgo
Fitch Ratings, Standard & Poor’s y Moody´s han reducido el cambio de
calificaciones a la baja y nos siguen advirtiendo sobre la posibilidad de
nuevas mediciones negativas, esto significa reducciones por condiciones
adversas para poder cumplir sus obligaciones de deuda, y, para ello analizan tanto
la situación de política económica y financiera así como el ámbito político y
social.
En
el caso de Fitch Ratings, su director de Soberanías ha advertido una posible
rebaja de su última calificación del 20 de octubre 2022 en que redujo su
calificación de perspectiva de inversión en Perú de BBB estable a negativa BBB-
(inestabilidad por incertidumbre y exposición a condiciones adversas). Esta
nueva advertencia se basa en el deterioro de la estabilidad política del
gobierno, la cual no puede ser desligada de la economía, pudiendo incrementarse
los riesgos crediticios y con ello el grado de inversión, lo cual afectaría el
escenario económico y la inversión privada.
En
el caso de Standard & Poor’s, su última calificación (BBB-) la presentó el
12 de diciembre 2022 (días después que el corrupto Castillo fuera vacado) y
actualmente acaba de señalar una posible rebaja, y aunque el Perú mantiene
sólidos fundamentos macroeconómicos, el balance de riesgo registra alta
incertidumbre por inestabilidad política, lo cual elevaría los costos de
financiamiento para el gobierno, y, además, limitaría préstamos de largo plazo
para el sector privado.
La
calificadora de riesgos Moody’s, el 3 de setiembre de 2021 (dos meses después
de asumir el corrupto Castillo), redujo, por primera vez en 20 años, su
calificación de la deuda externa de los bonos del Perú a largo plazo y de la
deuda local, de una calificación A3 estable a una perspectiva menor (Baa1), y
el 31 de enero 2023 la redujo a negativa -Baa1, principalmente por el riesgo
político y reducida capacidad de formulación de políticas del gobierno que
afectan la confianza de los inversionistas ocasionando perspectivas crediticias
negativas a mediano plazo.
Bajo
este panorama, las calificaciones negativas de empresas calificadoras de riesgo
debilitan los cimientos estructurales de perfil crediticio de nuestro país, el
gobierno debería enfrentar los factores que más influyen en las bajas
calificaciones de riesgo, además de nuestra débil situación económica por bajo
crecimiento económico, elevada inflación, posible recesión, disminución del
consumo, contracción de inversión privada por políticas populistas, bajos
niveles de productividad, desempleo, pobreza, también afectan las tensiones
políticas, problemas de gobernabilidad, deterioro de la fortaleza
institucional, incapacidad para solucionar conflictos sociales, entre otros.
Artículo
de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 22 de julio de
2023