A pesar que la inversión privada representa
80% del total de inversión en el país y es fundamental para generar
infraestructura social, promover empleo, reducir la informalidad, disminuir la
pobreza, impulsar el consumo interno y brindar bienestar y progreso a la
población, desde que asumió el
gobierno comunista del corrupto Castillo se inició su abrupto descenso, por sus
acciones con oscuro escenario, señales contradictorias e incertidumbre, sin
transparencia ni reglas claras, usando proselitismo político, populismo y
demagogia, lo cual evidenció un
escenario de confrontación y polarización que alentó los conflictos sociales y afecto
gravemente la inversión privada.
De acuerdo a datos del
BCRP, en el cuarto trimestre del 2021, la inversión privada registraba 2.5%,
en 2022, entre enero y junio bajó a 1.6%, a partir del tercer trimestre
comenzó a registrar negativo (-0.5%) y el cuarto trimestre bajó a
-4.1%. Cuando fue vacado el golpista Castillo (7 de diciembre
2022) asumió Boluarte, y en el primer trimestre 2023 de su gestión cayó hasta -12%
(la peor reducción en los últimos 14 años) principalmente por falta de confianza
empresarial en nuevos proyectos mineros (-23.2) e inversión de otros
sectores (-11%), y, en el segundo trimestre ha cerrado en -7.1%.
En esta segunda etapa
del gobierno comunista de Boluarte continúa el plan de Castillo con acciones
que afectan la inversión privada, principalmente por su posición antiminera, en
mayo 2021, durante la campaña aseguró que “Tía María no pasará”, y como presidenta,
en enero 2023, reiteró “No podemos anteponer el tema del oro, la plata por
encima de la vida y el agua”, además, no presenta propuestas concretas ni
articuladas para la lucha contra la corrupción, inseguridad ciudadana y las
drogas, que se han incrementado en este gobierno, no hay reglas claras ni
estabilidad para las inversiones, mantiene su nefasta política laboral con la
Agenda 19 que dejó el primer ministro de Trabajo Maraví y siguió al pie de la
letra Betssy Chávez, además, se obstaculiza la tercerización laboral afectando
la creación de empleo, promoviendo la informalidad y atentando contra el desarrollo del ambiente de negocios.
Bajo este panorama, se debería
fomentar la inversión privada para reducir principalmente la pobreza e
informalidad. El ministro de Economía, Álex Contreras, tratando de ofrecer una
esperanza, sin ninguna convicción, señaló que espera que haya un cambio
importante en la inversión privada en el tercer y cuarto trimestre, sin
embargo, la incertidumbre política es muy alta, no tenemos paz social (en junio pasado se registraron 219 conflictos sociales) y se prevé otro mayor para el 19 de este mes,
todo lo cual incrementa la desconfianza en el sector privado empresarial.
Artículo de Alfredo
Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 15 de julio de 2023