Durante el XVI Foro Internacional de Economía "Quo Vadis 2023" de la Cámara de Lima, el ministro de Economía, Alex Contreras, aseguró
que en julio se registraría la tasa de crecimiento (PBI) más alta del año, y marcaría
el derrotero de recuperación económica, sin embargo, su pronóstico fue totalmente
erróneo, de acuerdo al último registro del INEI, en julio se registró una caída
de -1.29%, la segunda tasa más baja del año (en mayo cayó -1.43%), nuestra
economía está en los niveles más bajos en décadas, el PBI 2023, según el BCR, crecería
un ínfimo 0.9%, a su vez, Contreras proyectó 2.5%, ajustó su proyección a 1.1% y
aún se quedó corto.
El ministro de Economía, que según encuesta Datum tiene una
desaprobación de 64%, no puede darse el lujo de equivocarse en proyecciones del
PBI por tratarse de un tema sensible que mide el nivel del comportamiento de la
actividad económica y se plasma en el poder adquisitivo y empleo, además,
influye de manera directa en indicadores de pobreza (según el Banco Mundial:
70% de peruanos son pobres o vulnerables), desnutrición infantil (después de 12
años aumentó a 11.7%), anemia infantil (42.4%), informalidad y
precariedad (70%), entre otros.
La inversión privada que incide directamente en el PBI,
según el BCR, en 2023 caería -5.3%, pero para IPE y Macroconsult sería
peor (-7.5% y -8% respectivamente), su descenso comenzó
desde la gestión del corrupto Castillo y actualmente continúa con Boluarte, esta
situación es muy grave porque representa 80% del total de inversión en el país,
y es indispensable para disminuir la pobreza, promover empleo, reducir la
informalidad, impulsar el consumo privado y generar infraestructura social. También
la minería, que tiene un rol fundamental en el crecimiento económico, y según
el BCR ha aportado 8.7% del PBI en los últimos 10 años, al cierre del
2023 caería increíblemente hasta -18.1%.
Bajo este panorama, el actual gobierno comunista tiene
enorme responsabilidad en la caída del PBI por haber generado un entorno de
inestabilidad política y social, desalentando la inversión privada,
principalmente la minera que promueve desarrollo, genera recursos de inversión
pública e impulsa cierre de brechas sociales y económicas. Esta preocupante
situación ocasiona enorme incertidumbre en el país lo cual es un lastre para el
crecimiento del PBI, origina baja confianza empresarial, crea dificultad para
reactivar la economía y genera fuga de capitales, reducción de empleo, alta
inflación y bajo consumo privado. El World Uncertainty Index (WUI), según su índice de incertidumbre mundial (con
data para 143 países), el Perú, en los últimos años, no tiene resultados
económicos alentadores que incluso son peores que el promedio de América Latina.
Artículo de Alfredo Palacios
Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 23 de setiembre de 2023