Artículos de opinión de Alfredo Palacios Dongo

CRISIS E INSEGURIDAD ALIMENTARIA Y POBREZA EN NUESTRO PAÍS


 

La inseguridad alimentaria significa insuficiencia de alimentos por falta de acceso físico y/o económico para que las personas accedan a una alimentación suficiente, segura y nutritiva, que permita satisfacer sus necesidades alimenticias para llevar una vida activa y sana. En nuestro país, actualmente, enfrentamos una grave crisis alimentaria principalmente porque gran porcentaje de familias tienen bajos recursos económicos para adquirir principalmente alimentos de primera necesidad.

 

La canasta básica familiar que mide ingresos y nivel de vida de las familias, durante los últimos 3 años, se ha incrementado en 16%, peor aún, los costos de alimentos y energía subieron 25.6% por la alta inflación en 2022 (8.56%, la tasa más alta en 26 años) originando que los precios para cubrir mensualmente gastos esenciales para una persona aumentaron de S/ 378 a S/ 414; para que no se le considere pobre a una familia de 4 personas, debe tener una capacidad de gasto mensual de S/ 1,656, siendo S/ 1,500 el ingreso promedio a nivel nacional, así, obviamente los niveles de pobreza siguen incrementándose de 20.2% en 2019 a 25.9% en 2021, y por impacto de inflación y altos costos, a 27.5% en 2022, Macroconsult proyecta que al cierre 2023, la pobreza llegaría a 28.4% (o hasta 29.5% con políticas públicas mal focalizadas), además, advierte que debido a la desaceleración económica nos tomaría 13 años regresar a niveles de pobreza de 20% que registramos en 2019.

 

La representante de la FAO en el Perú, Mariana Escobar, ha manifestado que en Sudamérica, Perú es el país con mayor índice de inseguridad alimentaria, en el 2022, por falta de recursos para adquirir alimentos para consumir una dieta adecuada, 16.6 millones de peruanos (50%) sufrieron esta situación, que además puede complicarse si El Niño Global afecta el acceso físico a alimentos para su disponibilidad en el mercado. La última Encuesta de Hogares (Enaho) registra que el porcentaje de hogares que disminuyó sus ingresos (por pérdida de empleo, enfermedad u otros casos) aumentó de 19% en 2019 a 27% en 2022, viéndose obligadas a consumir menos alimentos (según el IPE, durante el primer semestre 2023, unos 2 millones fueron afectados), lo cual determina la gravedad de nuestra crisis de inseguridad alimentaria.

 

Bajo este panorama, mientras el gobierno comunista de Boluarte continúe espantando la inversión privada (que asegura más empleo formal, mejores sueldos y acelera el crecimiento), y, mientras no implemente una adecuada estrategia y plan nacional de seguridad alimentaria y nutricional, la crisis e inseguridad alimentaria y la pobreza seguirán aumentando, generándose mayores casos de desnutrición crónica y aguda, y anemia y mortalidad infantil, principalmente, entre la población más vulnerable y en el ámbito rural.

 

Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 18 de noviembre de 2023

 


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