Este
importante buque oceanográfico fue construido en los astilleros Freire-Vigo,
España, y está dotado de la más alta tecnología, considerada como la unidad
científica más moderna de Sudamérica y de las más modernas del mundo, cuenta
con laboratorios, equipos e instrumentos de primer nivel, tiene una autonomía
de 51 días y realiza investigaciones científicas en oceanografía, hidrografía,
meteorología, geología marina y otras ciencias aplicadas con tecnología en la
Antártida y en el Mar de Grau.
El
Perú se adhirió al Tratado Antártico en abril 1981 ratificándolo en noviembre
de dicho año y la Política Nacional Antártica fue aprobada en 1987.
Las primeras campañas las realizó el BIC Humbold, ANTAR I en enero 1988, y
ANTAR II, en enero 1989, año que se
instaló la Estación Científica Antártica “Machu
Picchu”, adquiriendo el Perú status de miembro
pleno o consultivo, con voz y voto. El BAP Humbold operó hasta 2014, y, el BAP
Carrasco, desde 2017 hasta la actualidad, llevando a cabo 6 exitosas campañas
antárticas.
Bajo
este panorama, La ubicación y tamaño del continente antártico (14 millones de
km2 sin considerar la zona de hielo) definen la trascendencia geopolítica y
geoestratégica para nuestro país porque favorece nuestra navegación marítima
internacional en dicha zona con vastos recursos estratégicos (petróleo,
magnesio, carbón, antimonio, cromo, etc.) y el valor proteico del pequeño
crustáceo krill para el consumo humano. Las expediciones científicas que
ejecuta el BAP Carrasco representan la ciencia y tecnología
enfocada en los Intereses Marítimos con proyección internacional, asegura la
acción coordinada y articulada del Estado con relación a la Política Nacional
Antártica bajo un enfoque integral, multisectorial y participativo que incluye
a la comunidad científica, académica y sector privado, prestando servicio y
apoyo a diferentes instituciones y universidades peruanas que realizan
investigación en el mar.
Artículo
de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 9 de marzo de
2024