Artículos de opinión de Alfredo Palacios Dongo

INCONSISTENCIAS EN EL MONITOREO DE CULTIVOS DE COCA 2023 DE DEVIDA

 


El pasado 26 de junio la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) presentó el Monitoreo de Cultivos de Coca-2023 registrando una superficie cultivada de 92,784 hectáreas, 2,224 menos respecto a 2022 (-2.3%), pero no explica que durante 2023 han contabilizado 115,384 hectáreas, registrándose 92,784 hectáreas al descontar 22,600 erradicadas por el Proyecto Especial (Corah).

 

Aunque la erradicación es fundamental para reducir los cultivos ilegales de coca, los datos resultantes no son necesariamente fehacientes porque en las zonas cocaleras existe enorme cantidad de resiembra en áreas previamente erradicadas, no empadronadas, y nuevos sembríos ilegales, principalmente por falta de control de autoridades, errores en geolocalización y deficiencias en articulación entre el Ministerio del Interior (Mininter), Ministerio Público y entidades competentes; este Monitoreo no señala ningún dato sobre resiembra, en febrero pasado Mininter anunció la elaboración de un protocolo interinstitucional para combatirla, que aún no existe.  

 

La más preocupante inconsistencia está en el VRAEM, zona con la mayor cantidad de cultivos de coca ilegal (41.2%) de máximo rendimiento, incrementándose exponencialmente desde 2019 (26,028 hectáreas) hasta 2023 (38,253) que van directamente al narcotráfico, a pesar de ello, se erradicaron reducidas cantidades solo al norte de la región Junín en 4 distritos con mínimos cultivos: Río Negro (8 hectáreas erradicadas), Satipo (107), Manzamari (292) y Llaylla (253), dejando de erradicar, distritos con enormes cultivos como Vizcatán del Ene (4,959 hectáreas), Río Tambo (3,222) o Canayre (2,028), tampoco han erradicado en las demás regiones del VRAEM (Ayacucho, Huancavelica, Apurímac y Cusco); esta increíble inconsistencia se debe al ”Pacto Social Ciudadano” del gobierno con cocaleros del VRAEM (Resolución 000036-2022-DV-PE-1°abril-2022), aceptando que éstos reduzcan voluntariamente sus cultivos, lo cual jamás sucederá, contrariamente, el gobierno entrega un territorio liberado al narcotráfico, organizaciones criminales de alta lesividad y demás delitos conexos.

 

Otra grave inconsistencia, a pesar que somos el segundo país cultivador de coca y productor de cocaína del mundo, el Monitoreo no incluye datos oficiales sobre  producción anual de cocaína; cuando en 2021 teníamos 80,681 hectáreas cultivadas, la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de EEUU (ONDCP) registraba que producíamos 810 toneladas, actualmente, con 92,784 hectáreas, podríamos sobrepasar las 900 toneladas.

 

Bajo este panorama, los cultivos de coca ilegal y producción de cocaína mantendrán cifras desenfrenadas mientras no se elimine el infausto Pacto Social Ciudadano en el VRAEM, mientras que la Política Nacional contra las Drogas al 2030 (PNCD) no cuente con un Plan Estratégico Multisectorial, mientras el PCM no asuma claramente su cargo como rector de la PNCD, mientras no se implemente una política integral con mayor presencia del Estado, con desarrollo alternativo, controlando insumos químicos y desarticulando organizaciones criminales y cárteles.

 

Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 6 de julio de 2024

 


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