La productividad laboral es el nivel de eficiencia sobre el uso de factores de producción en un proceso productivo (tecnología, capital y trabajo), por tanto, ésta se mide en un país a partir de la producción y habilidad de los trabajadores. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) presentó en setiembre pasado su informe “Panorama de las Políticas de Desarrollo Productivo en América Latina y el Caribe-2024”, el cual identifica enredos o complicaciones que se presentan en la región para avanzar hacia un desarrollo más inclusivo y sostenible, entre ellos, baja capacidad para crecer, alta desigualdad, baja movilidad social y débil cohesión social, reducidas y poco efectivas capacidades institucionales y de gobernanza, proponiendo que los países mejoren las políticas de desarrollo que promuevan la productividad.
Este informe Cepal presenta, en los países de América Latina y el Caribe (período 1970-2023), el cambio en su productividad, en el caso del Perú, muy preocupante, porque ocupa el puesto 16 entre 18 países, con -40.3 %, solo mejor que México -41.5% y Venezuela -82.1% (como ejemplo, Estados Unidos registra +37% y República de Corea +57%). Estos resultados negativos reflejan rezagos tecnológicos, productivos y educativos, falta de mejoramiento en el talento humano, y falta de estrategias claras de transformación productiva, (según el Instituto Peruano de Economía IPE, nuestra productividad se encuentra a niveles inferiores de hace 20 años). Pero además, el informe Cepal muestra nuestra alta informalidad, somos, entre 18 países, el 4° más informal con 73%, nos siguen Guatemala (80%), Honduras (83%) y Bolivia (86%), lo cual afecta directamente la productividad nacional.
Bajo este panorama, es muy preocupante nuestro bajísimo nivel de productividad, el cual se origina básicamente porque no mejoramos el capital humano con una educación escolar de calidad y capacitación post escolar para atraer talento hacia la economía del conocimiento, no promovemos mayor inclusión laboral ni creamos un entorno económico que aproveche el potencial de nuestra fuerza laboral, tenemos más de 20 millones de peruanos que integran la Población Económicamente Activa (PEA), apta para ejercer funciones productivas, sin embargo, no creamos empleos de calidad, no flexibilizamos el mercado de trabajo, no apoyamos a las Pymes ni impulsamos nuevos emprendedores, además, la inestabilidad política, corrupción e inseguridad ciudadana (robo, extorsión y criminalidad), ha ocasionado que en 2024 más de 600 mil peruanos emigren del país, tampoco invertimos lo suficiente en ciencia, tecnología e innovación, no aplicamos nuevas tecnologías organizativas y científicas para aumentar valor agregado, no invertimos en infraestructura, y menos, mantenemos un entorno institucional estable y transparente.
Mientras no mejore nuestra productividad laboral, no aumentará sostenidamente el crecimiento, y, por el contrario, se incrementará la informalidad laboral, uno de los principales problemas estructurales del país.
Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 15 de febrero de 2025