El pasado 27 de enero la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) presentó el Informe “América Latina y el Caribe-Panorama Regional de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición 2024”. Este documento se encuentra direccionado a los países para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, la cual exige un plan integral que busque disminuir la prevalencia del hambre, la malnutrición y la inseguridad alimentaria atribuible a la alta vulnerabilidad climática y eventos extremos.
En nuestro país, los impactos negativos y amenazas por la variabilidad del clima y fenómenos climáticos extremos afectan la productividad de los cultivos. Tenemos en las regiones de costa y sierra fuertes lluvias, severas sequías, inusuales nevadas, heladas, desbordes, inundaciones, fenómeno El Niño, eventos con ciclos cada vez más continuos y concentrados que impiden un desarrollo productivo de los cultivos. En la sierra, los suelos se erosionan, los glaciares retroceden, la cobertura vegetal se reduce y altera los principales cultivos de alimentos que son principal fuente de alimentación como papa, maíz, quinua, habas, trigo, cebada, y, en la costa norte, las elevadas temperaturas afectan cultivos de paltas, limón, frutas, y produce incremento de plagas, en la selva, la mayor afectación son las inundaciones estacionales y desgaste de los suelos. Estos efectos de variabilidad del clima y eventos extremos afectan a personas expuestas y vulnerables a la seguridad alimentaria y nutrición.
Además, en este Informe, la FAO presenta una serie de prevalencias de datos relevantes sobre el Perú (1) Inseguridad Alimentaria (acceso limitado a alimentos): 17.6 millones, de los cuales 6.9 millones es grave (pasan hambre o días sin comer); (2) Personas Subalimentadas (su consumo de alimentos no les proporciona una vida normal, activa y saludable): 7.1% (2.4 millones); (3) Retraso en crecimiento de niños menores de 5 años: 10.1%; (4) Anemia mayores de 15 a 49 años: 20.6%; (5) No accede a una dieta saludable: 33.6% (11.5 millones), cuyo costo diario por persona es de US$ 4.
Bajo este panorama, quien debería analizar seriamente este Informe es el ministro de Desarrollo Agrario y Riego, Ángel Manero, porque en agosto pasado aseguró que en el Perú “no se pasa hambre y hasta en el último pueblo se come de manera contundente”, pero, principalmente porque increíblemente no contamos con una Política Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional que conduzca la toma de decisiones y acciones que coadyuven a brindar asistencia técnica a productores para adaptarse a condiciones climáticas adversas, determinar cultivos con mejor adaptabilidad en diferentes regiones, promover planes de aprovechamiento sostenible de recursos hídricos, establecer controles de calidad e implementación de metodologías para evaluar riesgos bajo diferentes escenarios agroclimáticos.
Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 8 de febrero de 2025